10 Claves para hacer coaching a tus clientes y tener más casos de éxito como entrenador personal
Jun 29, 2023Para tener casos de éxitos como entrenadores personales, nutricionistas, fisioterapeutas o profesionales de salud, es necesario que ayudes a tus clientes a optimizar su funcionamiento y crecimiento personal. Es muy necesario que ayudes a tus clientes a mejorar sus recursos para poder alcanzar un rendimiento personal más alto y un desarrollo personal más sólido:
- Desarrollar la motivación y autoconfianza apropiadas para afrontar desafíos.
- Organizarse mejor para obtener un mayor y mejor partido del tiempo disponible.
- Aceptar situaciones que no pueden cambiar.
- Adaptarse a cambios de su entorno.
- Buscar nuevos desafíos y objetivos.
- Y cómo no, gestionar mejor sus emociones.
Para tratar de conseguir estos objetivos con tus clientes tendrás que desarrollar tu capacidad de “coaching”: capacidad para comunicarte con tus clientes e influir positivamente en su motivación y comportamiento. Para ello deberás dominar habilidades específicas y tendrás que trabajar las siguientes estrategias:
1. Que el cliente se sienta cómodo, respetado y digno
Esta estrategia debe ser clave desde el primer momento, y que de lo contrario será difícil establecer una buena relación con los clientes, siendo lo más probable que abandonen o que aun no haciéndolo, no avancen hacia los objetivos deseados. Cuando las personas se encuentran cómodos y se sienten respetados, se abren más mentalmente, comparten más y están más dispuestos a participar de manera activa.
Para que el cliente se encuentre cómodo, el entrenador debe ser amable, tratarle con respeto, y no intimidar y avasallar con preguntas y comentarios amenazantes. El respeto al cliente es un aspecto esencial del entrenamiento personal. El cliente que se siente respetado se encuentra más cómodo, se siente más digno y se abre más. Respetarlo como persona, sin juzgarlo, es una premisa básica que el entrenador debe cuidar y demostrar continuamente a lo largo de todo el proceso.
2. Invertir en empatía
La empatía se produce cuando el cliente percibe que el entrenador es capaz de ponerse en su lugar. Algunas personas creen que tienen empatía porque comprenden a la persona con la que hablan. Sin embargo, es la percepción de esa persona lo que cuenta.
Para que se produzca la empatía, el entrenador debe actuar consecuentemente con ese objetivo. Es decir, debe invertir en empatía, haciendo cosas que propicien empatía. Para invertir en empatía dos elementos claves son: escuchar con verdadero interés y cercanía lo que el cliente expresa, y mostrarle que, sin juzgarlo, se le comprende y se está en la misma sintonía emocional que él o en una que sea compatible con esta.
3. Fortalecer la autoconfianza de los clientes
Ayudar a fortalecer la autoconfianza de los clientes es uno de los principales objetivos del entrenador. Tal y como explico en este artículo, la autoconfianza es la confianza que una persona tiene en conseguir un determinado objetivo; en este caso, el objetivo u objetivos concretos del cliente. La autoconfianza no es estar convencido a ciegas, sino un estado interno que se fortalece, sobre todo, a través de planteamientos realistas que dependen de uno mismo y experiencias de éxito atribuidas a lo que uno ha hecho y, en definitiva, la percepción de control sobre los estímulos y procesos en los que uno puede influir. Así, uno se siente competente y percibe que es eficaz controlando en gran medida las situaciones que le conciernen y verdaderamente le importan.
4. Estimular un optimismo realista
En algunos casos, se venden los programas de entrenamiento personal como un método que sobre todo transmite excesivo optimismo. En estos casos, no se suele valorar el daño que puede hacer un optimismo infundado mediante expectativas de altos vuelos que después no se cumplen. El papel del entrenador es ayudar al participante potenciando un estilo de funcionamiento basado en el realismo, aceptando las cosas tal y como son, sin suavizarlas ni exagerarlas; y a partir de ahí, centrándose en lo que depende de él, buscando la mejor solución posible y poniéndola en práctica con la mayor probabilidad de éxito.
Así, sin huir de la realidad, el cliente puede desarrollar una autoconfianza sólida aceptando sus limitaciones pero sabiendo cuáles son sus bazas, y es aquí, sobre esta base de realismo, cuando puede surgir un optimismo fundado que aporte energía para enfrentarse a los desafíos.
5. Gestionar la falsa confianza
En relación con el apartado anterior, es importante que el entrenador esté alerta respecto a la falsa confianza. Esta se caracteriza por querer aparentar que se tiene confianza, incluso llegar a creérselo, sin una base que lo justifique. La persona con falsa confianza suele recurrir a tópicos como: “querer es poder”, “todo es cuestión de voluntad”, “soy un ganador y lo voy a demostrar”, o se impone objetivos de alto vuelos queriendo mostrar una confianza que en realidad está enmascarado una gran falta de confianza. No es difícil que un entrenador con poca experiencia caiga en esta trampa, pues le puede resultar atractivo y estimulante trabajar con un cliente optimista que no ve impedimentos y, con aparente convicción, asegura que puede conseguir todo.
6. Centrar al cliente en lo que depende de él
Con frecuencia nuestros clientes estarán más pendientes de lo que no pueden controlar que de lo que quizá, al depender más de ellos, podrían hacer para mejorar la situación; y eso provoca que bajo la justificación de que “no podemos hacer nada”, se queden parados o hagan menos de lo que sería posible. Es conveniente aceptar lo que no depende de uno y plantearse: “qué puedo hacer yo?” y centrar nuestros esfuerzos en eso. Una de las habilidades del entrenador consiste en ayudar al cliente a aceptar lo que no puede controlar y centrarse en lo que, al depender de él, podría hacer para satisfacer una determinada necesidad.
7. Flexibilizar ideas y creencias rígidas
En ocasiones, el entrenador se va a encontrar con participantes que tienen ideas y creencias rígidas respecto a sí mismo (“yo es que soy así”, “yoya”) o aquello que les rodea (los demás, las situaciones que deben afrontar, etc.). Esta falta de apertura mental dificulta los cambios de perspectiva e impide que los participantes exploren ciertas acciones.
Una de las habilidades del entrenador consiste en ayudar a debilitar la rigidez sustituyéndola por flexibilidad. Una mente flexible es aquella que está abierta a escuchar y valorar distintas opciones sin juzgarlas antes de tiempo; que aun teniendo una idea preconcebida, no rechaza ideas contrarias sin darles una oportunidad; que es capaz de valorar con objetividad, sin etiquetas rígidas ni sesgos determinantes, teniendo en cuenta las circunstancias cambiantes que en cada ocasión pueden ser relevantes.
Una mente flexible ayuda a funcionar mejor que una mente rígida. En general, permite observar, analizar y actuar con mayor objetividad y eficacia; auto-controlar mejor la motivación y las emociones; optimizar las relaciones interpersonales; y disfrutar más de lo que se hace.
8. Establecer objetivos
Una de las principales habilidades del entrenador es ayudar al cliente a establecer objetivos. Tal y como hemos explicado en este artículo, es muy necesario que ayudemos a nuestro cliente a establecer objetivos de resultado pero también de realización; y objetivos a largo y corto plazo. Estos objetivos tienen que ser siempre interesantes y alcanzables.
9. Preparar al cliente para actuar
Uno de los objetivos del entrenador personal es ayudar a su cliente a llevar a la acción lo que se plantea. Por tanto, no solo es importante ayudar a su cliente a establecer objetivos, sino también a desarrollar un plan de acción para conseguirlos.
En ocasiones, el cliente puede quedarse bloqueado a la hora de actuar, ya sea por miedo, por inseguridad o por falta de motivación. En estos casos, el entrenador debe ayudar al cliente a identificar las barreras que le impiden actuar y a desarrollar estrategias para superarlas.
10. Evaluar y retroalimentar el progreso
El entrenador debe llevar un seguimiento del progreso de su cliente y proporcionar una retroalimentación constante. Esto implica evaluar los avances, los obstáculos encontrados y los resultados obtenidos. La retroalimentación debe ser constructiva, motivadora y orientada al crecimiento.
Al evaluar y retroalimentar el progreso, el entrenador puede ajustar las estrategias y técnicas utilizadas, y ayudar al cliente a mantener la motivación y el compromiso.
Estas 10 claves son fundamentales para hacer coaching a tus clientes y tener más casos de éxitos como entrenador personal. Recuerda que el coaching es un proceso continuo y requiere práctica y dedicación para mejorar tus habilidades. ¡Buena suerte en tu camino como entrenador personal!