Cómo establecer objetivos deportivos eficaces
Sep 10, 2021Antes de iniciar cualquier viaje, necesitamos determinar nuestro destino, dónde queremos llegar. Establecer objetivos significa identificar qué queremos conseguir, cómo planeamos conseguirlo y cuándo esperamos conseguirlo. Tener objetivos nos estimula y nos ayuda a dirigir nuestros esfuerzos.
Los efectos que tiene el establecimiento de objetivos en el rendimiento deportivo pueden resumirse del siguiente modo:
- Establecer objetivos permite identificar lo que es importante para ti y lo que quieres conseguir.
- Los objetivos hacen que el esfuerzo aumente y ayudan a mantener la atención.
- Los objetivos ayudan a mantener un alto nivel de motivación a lo largo del tiempo; te proporcionan una dirección y un desafío de cara al futuro, por lo que establecer objetivos se convierte en un factor crítico para la motivación y el compromiso con tu deporte.
En definitiva, establecer objetivos deportivos apropiados empuja en la dirección en la que queremos ir, nos ayuda a esforzarnos en el trabajo de cada día, y nos permite mantener la ilusión y el compromiso con lo que hacemos. Independientemente de que se trate de tu carrera deportiva o de cualquier otra faceta de tu vida, porque el proceso es siempre el mismo; lo único que difieren son los objetivos específicos de los que se trate en cada caso. Tener objetivos motiva, y al conseguirlo nos hace sentirnos bien y se convierte en un estímulo para intentar lograr el siguiente objetivo, lo que contribuye a mantener la motivación y a desarrollar la confianza en nosotros mismos.
Instrucciones para establecer objetivos
En general, la gente es consciente de que los objetivos son importantes. Sin embargo, no todo el mundo conoce cómo establecer objetivos eficaces. Estas son algunas de las claves para establecer objetivos eficaces:
- Identifica tus objetivos.
- Establece objetivos difíciles pero realistas.
- Establece objetivos a corto y a largo plazo.
- Establece objetivos para los entrenamientos y la competición.
- Establece objetivos de actuación, más que de resultado.
- Establece objetivos de consecución.
- Identifica las estrategias para alcanzar tus objetivos.
- Identifica las fechas en las que quieres conseguir tus objetivos.
- Escribe tus objetivos y lleva un registro de tus progresos.
Identifica tus objetivos
Determinar qué es exactamente lo que queremos conseguir permitirá orientar con decisión, persistencia y eficacia cualquier esfuerzo que realices.
- ¿Cuáles son tus puntos fuertes y débiles más importantes como deportista?
- ¿Te preparas mentalmente para cada competición?
- ¿Estás en buena forma física?
- ¿Tienes un buen dominio de la técnica y la táctica de tu deporte?
- ¿Te relacionas bien con otros deportistas y con tu entrenador?
Establece objetivos difíciles pero realistas
Debemos marcarnos objetivos que sean suficientemente difíciles como para ser estimulantes y convertirse en retos, eso sí, siempre de manera realista: establecer objetivos que excedan la capacidad del deportista sólo servirá para acumular frustración.
En cualquier caso, siempre puedes considerar la posibilidad de establecer dos o tres pasos intermedios para conseguir los objetivos que deseas. Estos pequeños pasos son en realidad mini objetivos que te ayudarán a simplificar tu camino hasta el objetivo final.
Establece objetivos a corto y a largo plazo
Aunque los objetivos a largo plazo pueden resultar muy estimulantes e importantes, los objetivos más inmediatos, a corto plazo son fundamentales. Los objetivos a corto plazo permiten a los deportistas ver su progresión hacia el objetivo final de manera inmediata y continuada. Con objetivos a corto plazo, en cada sesión de entrenamiento o en cada competición el deportista puede llevar un seguimiento de su avance hacia el objetivo a largo plazo.
Por otro lado, los objetivos a corto plazo resultan fundamentales porque tienen un potente e inmediato efecto motivacional. Los logros de objetivos que uno mismo se autoimpone, aunque sean pequeños, hacen que nos sintamos bien y nos proporcionan sensación de autocontrol. La percepción de cada mejora inmediata en los entrenamientos o competiciones hace mucho más fácil que el deportista mantenga la motivación en el largo camino que con frecuencia hay que recorrer hasta llegar a lograr nuestros objetivos a largo plazo. Los objetivos a corto plazo se convierten así en los peldaños de una escalera que recorremos hasta llegar a su parte más alta, la meta final. La superación de cada peldaño supone la consecución de un objetivo intermedio, interrelacionado con los demás, y nos permite mantener la motivación y desarrollar la autoconfianza mientras sentimos cómo nos acercamos al final.
Establece objetivos para los entrenamientos y la competición
Teniendo en cuenta la cantidad de tiempo que un deportista dedica al entrenamiento, en comparación con el que dedica a la competición, sería un grave error que sólo se marcase objetivos dirigidos a la competición.
Los objetivos diarios de entrenamiento, no sólo físicos o técnicos, sino también mentales ayudan a que tus máximas aspiraciones deportivas se reflejen en metas específicas que proporcionan el estímulo y desafío necesario para cada sesión diaria de entrenamiento.
Establece objetivos de actuación, más que de resultado
Habitualmente, el aspecto de la competición deportiva al que se atribuye más importancia es el resultado. Más que determinar si hemos tenido éxito o no basándonos únicamente en comparación con otros deportistas, resulta especialmente positivo en términos de motivación y rendimiento deportivo aprender a establecer metas de actuación personal. Para actuar lo más cerca posible de nuestro potencial máximo lo mejor es concentrarse en aspectos concretos de nuestro propio rendimiento que estén bajo nuestro control. Alcanzar o no esos objetivos dependerá fundamentalmente de nosotros mismos, lo que reduce nuestra ansiedad y nos da más confianza que cuando establecemos únicamente objetivos de resultado.
No tenemos un control directo de los resultados porque no podemos controlar todos los factores que influyen en ellos, como las condiciones climatológicas, el comportamiento arbitral, la actuación de nuestros contrincantes o la de nuestros compañeros de equipo. Por el contrario, sí podemos controlarnos a nosotros mismos y nuestras respuestas a las situaciones que nos rodean. Así, podemos utilizar el objetivo de ganar (resultado) para obtener una motivación inicial de cara a la sesión de entrenamiento o competición, pero a continuación debemos aprender a centrarnos en aquellos objetivos que están bajo nuestro control inmediato y que dirigen nuestras acciones continua y eficazmente.
Establece objetivos positivos o de consecución
Aunque los objetivos pueden fijarse tanto de forma positiva como negativa, conviene que intentes establecer siempre tus objetivos positivamente. Se trata de que identifiques las cosas que te gustaría conseguir, en lugar de las que querrías evitar. No produce los mismos efectos marcarse como objetivos aumentar aciertos, que intentar reducir los errores. Recordarte a ti la conducta deseable te ayuda a centrarte en el éxito y a esforzarte en conseguirlo, mientras que pensar en que lo que no debes hacer, en que no debes fallar, centra tu atención en esa conducta indeseada y sus posibles consecuencias. Las consecuencias más previsible de este planteamiento negativo es la aparición de emociones también negativas, como la ansiedad y el miedo, y de comportamientos indecisos o de evitación. Por eso, aún en aquellos casos en los que hay una conducta que quieres reducir o eliminar, proponte como objetivo hacer una conducta alternativa positiva. Pensar en lo que quieres hacer y verte a ti mismo consiguiéndolo te dará confianza y te ayudará a conseguirlo porque te mantendrá centrado en aquellos aspectos que necesitarás trabajar para tener éxito.
Identifica las estrategias para alcanzar tus objetivos
Un elemento fundamental para que funcione eficazmente la técnica de establecimiento de objetivos es identificar una estrategia para alcanzarlos. Los objetivos te ayudarán a dirigir tus esfuerzos y a sostener tu motivación, pero además es necesario que idees alguna forma para intentar llegar donde te propones.
Identifica las fechas en las que quieres conseguir tus objetivos
Además de establecer objetivos realistas e identificar las estrategias para lograrlos, es necesario que fijes los márgenes de tiempo y las fechas límite, también realistas, para alcanzar esos objetivos. Fijar objetivos a corto, medio y largo plazo te ayudará a estructurar los márgenes de tiempo; poner fechas límite a nuestros objetivos te mantendrá motivado, al proporcionarte una referencia temporal para su consecución.
Escribe tus objetivos y lleva un registro de tus progresos
Poner por escrito tus objetivos y llevar un registro de los mismos mejorará tu motivación y la persistencia de tu esfuerzo para conseguirlo. Controla tus progresos en un registro o cuaderno de anotaciones en el que vayas incorporando datos diarios o semanales. Llevando un registro escrito de tus objetivos podrás también hacer gráficos que te permitirán observar tus avances a lo largo del tiempo. Ten ese registro gráfico a tu alcance, donde puedas verlo, te ayudará a mantener la atención en tus objetivos y a seguir comprometido en ellos a lo largo del tiempo, especialmente durante los momentos difíciles.
Además de sus efectos motivadores, escribir tus objetivos y llevar un registro de ellos mediante hojas de anotaciones y gráficos cronológicos te proporciona información precisa de tus progresos. En ella será posible también ajustar tus objetivos cuando vea que resultan excesivamente fáciles o excesivamente difíciles.